El estrés oxidativo está implicado en una gran cantidad de enfermedades, incluyendo enfermedades neurodegenerativas y enfermedades autoinmunes.
Se han detectado indicadores de estrés oxidativo en músculos y sangre de pacientes con SFC. Los síntomas cognitivos observados en los pacientes podrían ser desencadenados por la alteración de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica. Esta alteración se debe al daño oxidativo en las membranas celulares. El aumento del estrés oxidativo en pacientes con SFC puede tener varias causas, como la inflamación crónica, la producción excesiva de óxido nítrico o la exposición a toxinas ambientales.
Los marcadores de estrés oxidativo son útiles para evaluar la necesidad de terapia antioxidante.
Pruebas útiles para este fin incluyen:
Capacidad antioxidante total
Oxidación de ácidos grasos
Capacidad antioxidante total
Los sistemas antioxidantes en el cuerpo normalmente limitan el alcance del daño oxidativo. Sin embargo, varios factores pueden afectar severamente su función.
Existen muchos tipos de sistemas antioxidantes. Aunque en algunos casos pueden ser necesarias mediciones de antioxidantes individuales, el mejor índice en los estudios de estrés oxidativo es medir la capacidad antioxidante total de una muestra. Esa medición mostrará el efecto general de los antioxidantes trabajando juntos.
Oxidación de ácidos grasos
Lipid peroxidation is a well-defined mechanism of cellular damage. Lipid peroxides decompose to form compounds such as malondialdehyde (MDA) and 4-hydroxynonenal (4-HNE), natural end-products of lipid peroxidation.
La medición de estos productos finales es una de las pruebas más ampliamente aceptadas para la determinación del daño oxidativo. La capacidad del MDA para interactuar con ácido tiobarbitúrico (TBA) se utiliza para cuantificar el MDA en una muestra de suero. Esto forma un aducto MDA-TBA que se puede cuantificar espectrofotométricamente.